En enero, Haoning Zhang, de 33 años, estaba entre el lote de despidos anunciados por Google. Dos meses después, tras su aviso, el joven ingeniero, de origen chino, abandonaba las oficinas del buscador en Irvine (California), donde llevaba ocho meses empleado. Desde entonces, se ha dado dos misiones: encontrar un trabajo y sobre todo una visa.
En el frente del empleo, los tiempos son difíciles. El mercado ya no es tan favorable para los empleados. “Las empresas ponen el listón mucho más alto”, el explica. Los reclutadores les dan a los solicitantes pruebas de programación. La red profesional LinkedIn está repleta de perfiles de codificadores tachados con la mención: “Ready to work”.
En cuanto a las visas, la situación es complicada. Haoning Zhang está en Estados Unidos con una visa “tecnológica”, conocida como H1B, válida por tres años. Desventaja: dicho visado va unido al empleo. Si pierden su trabajo, sus beneficiarios tienen sesenta días para salir del país, independientemente de su situación familiar.
Cinco meses después del anuncio de su despido, el joven ingeniero mantiene la esperanza. Ha contratado a un abogado de extranjería que ya le ha permitido obtener una prórroga de su permiso de residencia. Si no encuentra trabajo rápidamente, está pensando en volver a la universidad, lo que le permitirá solicitar una visa de estudiante. Con múltiples títulos en ingeniería e informática, planea estudiar una nueva disciplina: negocios.
Problema particularmente agudo para los indios
Al igual que Haoning Zhang, los empleados con visas H1B son doblemente víctimas de la reducción de personal posterior a la pandemia en las empresas de tecnología. Se desconoce el número de licenciatarios, descontando las empresas el estatus migratorio del personal afectado. Pero los expertos creen que probablemente haya decenas de miles en buscando frenéticamente opciones permanecer en Estados Unidos, según la expresión del sitio de noticias Mint, con sede en Nueva Delhi. Los extranjeros calificados representan el 30% de la fuerza laboral en Silicon Valley.
La visa H1B, reservada para titulares de una maestría, es el principal programa estadounidense de visas para trabajadores temporales. Cerca de 600.000 personas se benefician actualmente de él. Había sido inaugurado en 1990 en un momento de escasez de mano de obra especializada en áreas como la sanidad, la educación o la contabilidad. Se ha convertido en la visa para los informáticos. Los indios representan el 75% de los beneficiarios, los chinos alrededor del 9%. Los directores ejecutivos de Google, Sundar Pichai y Microsoft, y Satya Nadella, llegaron a los Estados Unidos con un H1B.
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