La situación humanitaria en Gaza es «catastrófica»

La situación humanitaria en Gaza es «catastrófica»

Un ultimátum enviado por Israel el viernes a más de un millón de residentes del norte de Gaza debía expirar ayer por la mañana. A la espera de una operación que supere la escalada sin precedentes de los bombardeos de los últimos días, las tropas israelíes se están concentrando en la frontera.

La advertencia de evacuación de Israel se produjo cuando muchos habitantes de Gaza ya se estaban refugiando en casas de familiares, hospitales, hoteles, escuelas administradas por las Naciones Unidas y en cualquier lugar que consideraran relativamente a salvo del bombardeo. Y mientras, la situación humanitaria en la Franja se agrava más de lo que ya estaba antes del inicio de las hostilidades.

Israel, quien controla las entradas y salidas de los camiones con suministros de alimentos, combustible, medicinas y agua, cortó el tránsito. La central eléctrica y las plantas de desalinización de agua de la Franja dejaron de funcionar. Los desechos fluyen por las calles de algunos barrios después de que 53 de las 65 estaciones de bombeo de aguas residuales de Gaza dejaran de funcionar.

«La situación en Gaza es catastrófica; los hospitales están abrumados. El número de heridos es extremadamente alto: hay una afluencia constante a todos los hospitales de la franja de Gaza. Los equipos médicos están agotados y trabajan día y noche para tratar a los heridos«, denuncia Médicos Sin Fronteras. Además, las incursiones israelíes en el octavo día de sus continuos bombardeos en Gaza han matado a un promedio de más de dos palestinos cada 10 minutos, dijo en un comunicado el Monitor Euro-Med de Derechos Humanos.

Consecuencias devastadoras

Las Naciones Unidas, que llevan mucho tiempo realizando esfuerzos de ayuda en Gaza, dijeron que sería imposible lograr el movimiento de más de un millón de personas «sin consecuencias humanitarias devastadoras». «Los niños y las familias de Gaza se han quedado prácticamente sin alimentos, electricidad, medicamentos y acceso seguro a los hospitales, después de varios días de hostilidades y cortes en todas las rutas de suministro», denunciaba el fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF.

Esta zona, una prisión cerrada por tierra, mar y aire de 365 kilómetros y dos millones de personas, está controlada políticamente por Hamás desde 2007. Hamás, acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica, forma parte de una alianza regional que también incluye a Irán, Siria y el grupo Hizbolá en el Líbano, que se opone a las políticas estadounidenses hacia Oriente Medio e Israel y no reconoce la condición de Estado de Israel.

El viernes, las mezquitas transmitieron mensajes pidiendo a los residentes de la franja de Gaza que permanecieran en sus lugares, desafiando al llamado militar israelí para que se desplazaran hacia el sur en un plazo de 24 horas.

El portavoz del Ejército israelí, Richard Hetch, reconoció ayer que estos desplazamientos «llevarán su tiempo» mientras Hamás ha pedido a la población que se mantenga en sus domicilios ante lo que describió como «propaganda» israelí, según recogía la agencia DPA, si bien residentes de la Franja aseguran al medio que la situación ahora misma es de «pánico creciente».

Los civiles tienen pocas esperanzas de poder salir de Gaza para escapar del conflicto. Israel ha cerrado indefinidamente el cruce de Erez en el norte de la franja, mientras que el cruce fronterizo de Rafah en el sur, controlado por Egipto, se cerró debido a los ataques aéreos israelíes cerca de la puerta en el lado palestino, lo que hace ya imposible las salidas desde Gaza.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró ayer en un mensaje en su cuenta de X, que su país está trabajando con los Gobiernos de Israel, Egipto y Jordania, así como con Naciones Unidas, para intentar paliar los efectos de la evacuación ordenada por Israel a la población del norte de la franja de Gaza ante las perspectivas de una invasión por tierra del enclave.